Hoy en día somos cada vez más conscientes de la huella que el ser humano está dejando en el medio ambiente y de la importancia de preservarlo, ya que si no se actúa pronto puede que en un futuro sea muy difícil vivir en entornos limpios, comer alimentos sanos, naturales y sin químicos perjudiciales, respirar un aire que no dañe nuestra salud, disponer de agua potable y accesible para toda la población, tanto geográficamente como económicamente, etc.
Entonces, llega un día en el que queremos ser parte del cambio y dar ese paso tan importante: no ser parte del problema. Intentamos comprar a productores locales, contar con las tiendas pequeñas del barrio de toda la vida, generar menos residuos y reciclar o reutilizar todo lo que podamos.
No obstante, nos encontramos con la gran barrera que nosotros mismos hemos construido: la vida no está hecha para ser sostenible o respetuosa con el medio ambiente. Desde la comida ultraprocesada por comodidad y conservación, los productos y accesorios desechables, la ingente cantidad de envases de material contaminante... y qué decir del plástico, omnipresente en nuestra vida. Queremos ser parte del cambio, pero parece que nos estamos enfrentando a un cambio radical en nuestra vida que multiplica por dos el trabajo de nuestro día a día.
Pero cuando tomamos distancia, nos damos cuenta de que el mayor problema al que nos enfrentamos es el cambio de hábitos y la escasez de alternativas. Por suerte, cada vez disponemos de más opciones y podemos cambiar nuestras costumbres si lo hacemos poco a poco para que sea de una manera consciente y duradera en nuestra vida.
Un ejemplo de este cambio es sustituir los botes de gel de baño por las tradicionales pastillas de jabón. Este gesto tan sencillo es muy fácil porque ya estamos acostumbrados a las pastillas de tocador (para lavarnos las manos) y porque veremos resultados en muy poco tiempo.
¿Quieres saber qué ocurrirá?
- En primer lugar encontrarás muchas alternativas de higiene sólida para la ducha, que engloban tanto los jabones naturales como los nuevos dermolimpiadores sólidos basados en arcillas, plantas y otros agentes limpiadores de origen natural. Verás que existen pastillas para todo tipo de pieles, con distintos aromas, propiedades e incluso diseño.
- En segundo lugar verás que duran más que los envases de gel. Esto es debido a dos motivos: primero porque se trata de productos no diluidos y segundo porque su formato permite una mejor dosificación.
- Por otro lado reducirás residuos en el baño de forma visible. No estarás tirando botes de plástico cada mes. Además, estos productos de “residuo cero” de nueva generación, vienen envueltos en papel, que es compostable o biodegradable.
- También ahorrarás en tu cesta de la compra, ya que espaciarás en el tiempo la compra de la pastilla de ducha si te habitúas a dejarla secar en su jabonera después de cada uso.
- Además, podrás desechar esa esponja con esa pinta tan sospechosa desde su segundo uso. Las pastillas de jabón y dermolimpiadores se pueden utilizar directamente sobre el cuerpo. Y las primeras, además se pueden utilizar introducidas en una bolsa de sisal o de algodón que sirve para generar más espuma y poder disfrutar de una experiencia más suave y esponjosa. Estas bolsas, además de ser compostables, son de larga duración, y se limpian de forma natural en cada ducha. Sólo tienes que aclararlas y dejarlas secar colgadas de cualquier grifo o saliente de la ducha.
- Finalmente podrás llevar tu pastilla de viaje sin problema en los aeropuertos. Al no ser un líquido, incluso podrás llevarla en tu bolso o maleta de mano.
- Y si además tu pastilla está elaborada con productos naturales y respetuosos con el medio ambiente, notarás que tu piel no tardará en agradecértelo y sabrás que estás aportando tu granito de arena no sólo por reducir residuos, sino también por utilizar productos que piensan en el cuidado del entorno que nos rodea.
¿Y tú qué opinas? ¿Es ésta una forma sencilla y sin complicaciones para dar un primer paso? ¿Se la recomendarías a un "novato" en esto del "residuo cero"?